A principios del siglo XX, México pasaba por un período de cambios radicales a causa de la Revolución Mexicana, esto generó una nueva forma de expresión que buscaba la emancipación social. Esta manifestación artística sería llamada “Muralismo Mexicano”.
Un ejemplo de instrucción a la sociedad
Durante la presidencia de Álvaro Obregón (1920-1924), se permitió y se privilegió este nuevo movimiento. Justamente, el presidente Obregón (foto superior derecha) encomendó a José Vasconcelos (foto inferior izquierda) como su secretario de Educación. Al ver que 90% de la población no sabía ni leer ni escribir así como la mayoría de los mexicanos no tenían los recursos suficientes para subsistir después de la Revolución. Visto esto, Vasconcelos decidió convocar a pintores e intelectuales para buscar una alternativa con el fin de instruir a la población.
De los grandes pintores destacados, surgieron tres emblemáticos que se conocen como “Los Tres Grandes”: David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera y José Clemente Orozco. De este modo, en 1922, los tres pintores comenzaron Sindicato de Pintores y Escultores para plasmar murales en la Escuela Nacional Preparatoria. Pero cada uno de ellos representó a su propio estilo este movimiento social y artístico que tendría a su vez un reconocimiento internacional.
A continuación, presentaremos a los tres grandes muralistas, sus estilos de trabajo y las características que tenían en algunas de sus obras.
«Si no hubiera conflicto no habría películas, ni toros, ni periodismo, ni política, ni lucha libre, ni nada. La vida sería muy aburrida. En cuanto alguien diga sí, hay que contestar no»
José Clemente Orozco (1945)
José Clemente Orozco y “Katharsis”
(1893-1949)
Originario de Jalisco, Clemente Orozco se convirtió en uno de los muralistas más representativos del expresionismo. A la edad de 7 años, su familia se instala en la ciudad de México donde haría sus estudios en la Escuela Nacional Preparatoria, sitio que albergaría algunas de sus obras con la temática de la Conquista Española y la Revolución Mexicana . Del mismo modo, Orozco realizó la última etapa de sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes. A diferencia de su compañero Diego Rivera, José Clemente Orozco representó el sufrimiento humano y la indiferencia política que afectaba y debilitaba a la sociedad. Un ejemplo claro y significativo es el mural que elaboró en 1934 “Katharsis”.
“Katharsis” (1934-1935)
DImensiones: 11,46m x 4,46 m
Técnica: Fresco, sobre un bastidor de acero
¿Dónde se encuentra?: Palacio de Bellas Artes, Ciudad de México, México
Un mural que representa la guerra y la devastación que vive la sociedad a causa del progreso, las máquinas y el libertinaje. Estos detalles son representados claramente en primer y segundo plano.
-En el centro, se encuentran unas armas que figuran la guerra y el conflicto.
-La prostituta que simboliza la falta de moral.
-Las vigas y la maquinaria están en desmesura y su significado es el progreso que devora a los hombres de todas clases sociales.
-La caja fuerte abierta plasmada al lado derecho tiene el motivo de simbolizar la avaricia y la deshonestidad del hombre.
Como último elemento podemos observar en la parte superior del mural, hay presencia de fuego, el cual simboliza “purificación” y a su vez, el último elemento que se puede percibir del mural como un último plano. José Clemente Orozco plasmó sin duda cada defecto y devastación que ha sufrido el pueblo mexicano a través de su historia, dejando una escena bastante dramática y alarmante y que deja la pregunta: ¿Verdaderamente el poder de las máquinas establecerán un progreso en nuestra sociedad?
“He llegado a pintar con la misma naturalidad con la que hablaba, respiraba y sudaba”
Diego Rivera
Diego Rivera y “Epopeya del pueblo mexicano”
(1886-1957)
El legítimo creador del muralismo nació en la ciudad de México el 8 de diciembre de 1886 bajo el yugo de una familia acomodada. Con tan solo diez años de edad, ingresó a la Academia de San Carlos, esta escuela le dio el privilegio de viajar a Europa lo que hizo que adquiriese mejores conocimientos en pintura. A lo largo de esas experiencias, conoció a Pablo Picasso y a Paul Cézanne, quienes le enseñaron el movimiento dadaísta y post-impresionista agudizando mejores aptitudes para las artes plásticas. Cuando regresó a México en 1922 decidió empezar a elaborar un nuevo proyecto que representaría a México en todas facetas, un mural reconocido y de grandes dimensiones. La “Epopeya del pueblo mexicano”.
“Epopeya del pueblo mexicano” (1929-1935)
Dimensiones: Superficie total 246m2
Laterales: 7,49m x 8,85 m
Centrales: 8,59 m x 12,87 m
¿Dónde se encuentra?: Palacio Nacional, Ciudad de México, México
La tranquilidad a la hora de representar la realidad, y el detalle de no dejar un solo espacio en blanco es la cualidad única de Rivera. Este magistral trabajo representa cada época que México ha vivido, desde los grandes aztecas hasta la época de los años 30. En la parte derecha se encuentra el periodo prehispánico, cuenta la leyenda de Cē Ācatl Tōpīltzin (Una Caña Nuestro Venerable Señor) así como las diversas tradiciones del pueblo indígena. En la parte central, podemos observar la Conquista y las crueldades del dominio español y la Inquisición, conforme se avanza al lado izquierdo (lado sur del palacio) se observa como la historia de México va cobrando vida desarrollándose en las paredes. Asimismo, Diego Rivera instauró no solo un movimiento pictórico en este mural sino vistazo al pueblo mexicano a través de los siglos.
"Vamos a sacar la producción pictórica y escultórica de los museos -cementerios- y de las manos privadas para hacer de ellas un elemento de máximo servicio público y un bien colectivo, útil para la cultura de las grandes masas populares."
David Alfaro Siqueiros
David Alfaro Siqueiros y “Retrato de la burguesía”
(1896-1974)
Este muralista chihuahuense estudió en la Escuela de Bellas Artes. Sin embargo, en 1914 rinde servicio al combate constitucionalista en la Revolución Mexicana, misma que sería un elemento dominante de toda su obra. Siendo el artista más joven que realizó el proyecto del muralismo, su trabajo fue más contemporáneo y a su vez, más elaborado, es decir, nuevos materiales y técnicas a la hora de plasmar un mural. Tomando como enfoque no solo el pasado, si no el futuro y la modernidad. Su obra más importante ha sido “La Marcha de la Humanidad” (1971). Sin embargo, nosotros centraremos nuestra atención a una obra que forma parte de los comienzos del muralismo. Se trata de “Retrato de la burguesía”
“Retrato de la burguesía” (1939-1940)
Dimensiones: 3m x 4.80m
Técnica: Piroxilina sobre aplanado de cemento y celotex
¿Dónde se encuentra?: Sindicato Mexicano de Electricistas
Recreando todo tipo de violencia y caos en su obra. Siqueiros representará en este mural, el odio a los ricos y a la opresión de la clase obrera.
En la parte izquierda, se percibe un edificio en llamas, mismo que representa la democracia y el lema de origen francés “Liberté,Égalité et Fraternité”, Además, en primer plano, (frente al edificio) se observa a un ejército liderado por un hombre personificado de águila. Se puede considerar que es una crítica hacia el fascismo de Hitler.
En la parte central, observamos una especie de máquina que produce monedas, junto a ella se ven a hombres encapuchados, este representa la codicia y el control que tienen los patrones sobre sus empleados. Por otro lado, en la parte superior encontramos otra edificación, es el mismo sindicato demostrado en una especie de tercera dimensión y que cuelga el lábaro patrio.
En la parte derecha, se representa más destrucción, siendo el hombre con un arma, el protagonista ante esa masacre.
Siqueiros, mediante esta obra magistral, no mostró el pasado de México, pero dejó un mensaje que mucho más importante, el presente de su época y el futuro incierto que vive la sociedad mexicana bajo el yugo peligroso de los burgueses.
En definitiva, José Vasconcelos no dudó en unir a estos grandes muralistas que a medida de sus esfuerzos y sus experiencias lograron recrear a México con el fin de instruir y hacerle conocer su historia a través del tiempo. Dando como prueba que el arte no es para ellos, sino para el pueblo.